Cadmio en alimentos: La contaminación de alimentos con metales pesados, es una realidad. La procedencia de éstos metales son de múltiples orígenes, los más frecuentes suelen ser: el suelo contaminado en el que se producen los alimentos, lodos residuales, fertilizantes químicos y plaguicidas empleados en agricultura, etc.
Como la contaminación se produce desde fuentes tan variadas, se encuentra en un gran número de alimentos, tanto en productos de origen vegetal (cereales, arroz, trigo, raíces comestibles, setas, etc.) como en alimentos de origen animal (pescados, crustáceos, moluscos).
El Cadmio, no tiene ninguna función biológica pero tiende a acumularse en el organismo, principalmente en el hígado y riñón, durante un tiempo estimado de 10-30 años.
Este metal pesado, es tóxico para el riñón, pudiendo causar disfunción renal, que después de una prolongada y/o elevada exposición, puede llegar a provocar a medio o largo plazo un fallo renal, o incluso cáncer (ya que parece demostrado que la acumulación de éste metal, aumenta la aparición de esta enfermedad).
La mayor fuente de exposición humana al cadmio es la alimentación, de ahí que sea considerado un riesgo alimentario.
¿DÓNDE LO PODEMOS ENCONTRAR? ¿QUE ALIMENTOS DEBEMOS MODERAR SU INGESTA?
Dado su potencial de acumulación en hígado y riñones en los animales, los niveles más altos de cadmio se encuentran justamente en alimentos como los despojos (casquería) comestibles: riñones, hígados, y otros despojos comestibles.
En los crustáceos (gamba, langostinos, cigalas…), las partes comestibles con menor cantidad de Cadmio, son la carne blanca de los apéndices y el abdomen (parte blanca comestible), excepto para los cangrejos y crustáceos de tipo cangrejo (centollo, buey de mar, etc.), en donde, debido a que en muchos casos se consume el animal entero, incluyendo vísceras.
Hay que tener en cuenta la gran costumbre Española de consumir la cabeza de las gambas, langostinos, cigalas, etc. y el cuerpo de los crustáceos de tipo cangrejo, cuyos niveles de cadmio son altos, debido a que el cadmio se acumula principalmente en el hepatopáncreas, que forma parte del aparato digestivo de los crustáceos y se localiza en la cabeza.
Los consumidores de este tipo de productos (cabezas de gambas, cigalas, langostinos…) deben ser conscientes de que el consumo de estas partes de los crustáceos puede conducir a una exposición “peligrosa” de cadmio, particularmente cuando el consumo es frecuente.
En productos de origen vegetal, los mayores niveles se encuentran en algas, cacao, setas silvestres y semillas oleaginosas.